la Logia nace bajo la obediencia francesa del Gran Oriente de Francia y se considera heredera de la tradición masónica marchenera de finales del siglo XIX.
En Sevilla hay ya seis logias masónicas que aglutinan a un centenar de masones en activo, repartidos entre cuatro obediencias distintas: la Gran Logia Simbólica Española, a la que pertenecen la Logia Obreros de Hiram, decana de la ciudad con 29 años de existencia y unos 40 hermanos, y la Logia Mediodía; la Gran Logia Española, de origen anglosajón y que obliga a creer en algo divino, en la que se incluye la Logia Itálica; la Orden Mixta Internacional Derecho Humano, que es una organización española con posicionamiento en muchos países y a la que pertenece la Logia Luz de Al- Andalus; y finalmente, la obediencia francesa Gran Oriente de Francia, bajo la cual se encuentra la Logia Tartessos y ahora la Logia de Sevilla-Marchena Antonio Machado.
De manera general, se puede decir que la masonería es una asociación de hombres que quieren ser mejores. Sus principios son el amor fraternal, la libertad, la ética, el respeto a la dignidad humana, la igualdad y la tolerancia. En su seno se encuentran personas de cualquier religión, ideas políticas, clase social, nacionalidad o etnia. La masonería cree en un principio superior al que denomina Gran Arquitecto del Universo pero sin interferir en las ideas religiosas de sus miembros. La masonería nace de los antiguos constructores medievales de catedrales y edificios sagrados y para sus enseñanzas utiliza símbolos y alegorías antiguas muchas veces originados en el propio arte de los canteros.
Las Logias de Marchena
En Marchena existieron a finales del siglo XIX tres logias masónicas, según el profesor Leandro Álvarez Rey: Hijos de la Caridad nº 320, Martia nº 385 y la Julián Gayarre nº 58.
De estas tres, destaca la Logia Martia, que se convertiría en la más importante de los pueblos de la provincia, con más de un centenar de personas conocidas. Dirigida por los ciudadanos franceses Louis Alfred Coullaut, ingeniero encargado de la construcción del desaparecido Puente Mamedra, y Julio Piron.
Las actividades de esta logia se orientaron hacia el intento de "regenerar" cultural, política y moralmente a la población marchenera, para lo que sufragaron la publicación de un semanario titulado "El Distrito de Marchena", cuya principal misión sería la de combatir los abusos de los caciques locales y denunciar el estado de desorganización en que se hallaba sumida la vida administrativa.
Sin embargo la iniciativa finalizó poco después con el asalto de la redacción por un grupo de matones y el enjuiciamiento por el delito de injurias de varios miembros de la Martia. Pese a lo cual los masones de Marchena se mostraron satisfechos de lo obrado pues, en su opinión, el haber desenmascarado a algunos caciquillos que sólo vivían de la estafa administrativa y su posterior absolución en el juicio celebrado contra los responsables del periódico, les habían hecho granjearse numerosas simpatías entre el vecindario.
Otro de los campos de actuación de los masones de Marchena fue su lucha en pos de la erradicación de lo que en la época se denominaban los "juegos prohibidos”, actitud ésta muy en consonancia con los postulados moralistas de la Orden. Utilizando las páginas de su periódico, denunciaron repetidamente ante el gobernador civil y el alcalde los lugares donde se practicaba el juego en la localidad, campaña esta que, en opinión de los propios miembros de la Martia, no dio ningún resultado satisfactorio.
Sin embargo, junto al socorro de los necesitados, especialmente en momentos de escasez y de crisis agrícolas, quizás lo que tenga mayor interés en la proyección social de la Martia fuera su decisión de abrir en Marchena un círculo de recreo que acabaría denominándose "Sociedad de Amigos del Estudio", un pequeño centro de instrucción inaugurado con el propósito de que constituyera el germen de una futura escuela laica.
Sabemos que dicho centro abrió efectivamente sus puertas en 1891, albergando una modesta biblioteca donada por el Ministerio de Fomento y con clases de primera y segunda enseñanza dirigidas específicamente a la instrucción de los artesanos de Marchena. El presupuesto invertido por la Logia Martia en esta iniciativa ascendió de momento a 1670,25 ptas., una cantidad muy respetable para la época.
Junto a esto, hay que destacar el carácter anticlerical y pacifista de los miembros de la Logia, lo que queda reflejado a la perfección en los temas sometidos a debate en sus reuniones, trabajos y escritos.
A pesar de esta intensa actividad, a partir de 1892 la Martia entraría en una etapa de decadencia que concluiría con su desaparición pocos años después.
Os escribo desde el puerto de santa maria no sabia que en la gran marchena hubiera una logia y además con el ilustre nombre de Machado mis felicidades!!!!!!!!!
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