lunes, 2 de febrero de 2015

Elecciones

-Opinión-
José Chamizo de la Rubia
Defensor del Pueblo Andaluz
de 1996 a 2013
" La vida es conflicto", escribió alguien. Cosa diferente es hacer del conflicto la esencia de la vida. Discutir, enfrentar posiciones es necesario cuando ejercemos la libertad de expresión y de pensamiento. Pero últimamente en el ámbito político no se confrontan ideas, solo parece que hay peleas de unos contra otros. Todos peleados aunque sean del mismo signo político.

  Los Egos, torpe propiedad, tan común en los supuestos líderes - y también en algunos que nada tienen que ver con la cosa pública- son la causa profunda de tantas desavenencias. - Yo soy mejor que tú. (Es el tema central de este himno que no interesa más que a unos cuantos).- " A mí no me cuentes tonterías, yo ya sé eso y más..." (En realidad no sabe nada, solo quiere mandar). - "Yo debo ir el primero de la lista (pobres tontas, que sabias son. No están con nadie) me lo he ganado a pulso, y no penséis que me voy a conformar con un cargo de segundo nivel". -" Vamos a ganar porque el pueblo está con nosotros". (Y tú qué sabes con quien está el pueblo). -" Yo llevo años luchando por esta organización y ya es hora..." (Esa es la actitud de servicio a la gente que tienen algunos/as, afortunadamente no todos/as).

 Así sucesivamente van desfilando los Egos- incluido el mío- como si se tratara de la pasarela de moda de Milán: Los hay con chaqueta y corbata; con chaqueta y sin corbata para dar un tono de proximidad; con vaqueros y cazadoras; con vestidos y foulares a juego; con mechas y sin ellas; con aspecto de seminaristas; y como ustedes quieran. Todos se disfrazan para hacernos creer que vivimos en una sociedad muy democrática y plural.

Después de las elecciones se manifiesta la gran verdad: Hemos venido a este mundo a pagar préstamos bancarios, de los cuales el hipotecario es el auténtico rey. Y eso no lo arreglará nadie de momento, claro.

José Chamizo de la Rubia

JOSÉ CHAMIZO DE LA RUBIA (Los Barrios, Cádiz, 1949) es licenciado en Historia de la Iglesia, por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma; diplomado en Biblioteconomía por la Ciudad del Vaticano y licenciado en Historia Contemporánea por la Universidad de Granada. El pleno del Parlamento de Andalucía le eligió como Defensor del Pueblo Andaluz el 17 de julio de 1996, y fue reelegido, por unanimidad, en dos ocasiones más. Ha desempeñado numerosos cargos en el movimiento asociativo, especialmente en el campo de las toxicomanías. También ha realizado trabajos de acción social en el ámbito de menores, mujeres y enfermos de sida. Ha recibido numerosos premios y distinciones.
*Publicado bajo expresa autorización del autor.

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